Nació en El Fasher, capital de Darfur del Norte, en el seno de una numerosa familia en la cual pasó buena parte de la infancia haciendo de mediadora y construyendo la paz entre sus hermanas y hermanos. En la actualidad, Zahra Abdelnaieem sigue siendo una constructora de paz y activista, y ahora también la directora de Niswa, una red de líderes comunitarias, religiosas y políticas que fue creada originalmente para apoyar la participación activa de las mujeres en las negociaciones del Acuerdo de Paz de Darfur en 2011. El conflicto de Darfur, agravado por los efectos de las inundaciones repentinas y las sequías, ha desplazado a cientos de miles de personas, y el número de víctimas ha aumentado continuamente. Esto hace que un grupo como Niswa y su trabajo tengan una importancia fundamental.
En la actualidad, la red ha ampliado su alcance y se dedica no sólo a los acuerdos de paz sino también a vincular y trabajar con grupos afectados por conflictos que antes pudieron estar en bandos opuestos, de modo de unirlos en los esfuerzos a favor de la paz y la reconciliación. Aunque se trata de un trabajo muy duro, con muchos contratiempos, Abdelnaieem se despierta todas las mañanas con una actitud positiva y dispuesta a forjar la paz, estimular el diálogo entre grupos conflictivos, y ayudar a sobrevivientes de violencia de género, incluidas las personas desplazadas por el conflicto, a acceder a los servicios médicos y al apoyo comunitario que necesitan.
Educada en la Universidad de Jartum, recibió su título de Licenciada en la década de 1970, lo que era todo un logro para una mujer ya que el papel de éstas generalmente estaba limitado a los quehaceres domésticos. Su padre murió cuando ella era joven, y poco después perdió a su hermana. A pesar de estas pérdidas tempranas, dice que se siente afortunada de tener a su familia, y disfruta del tiempo que pasa con las sobrinas y los sobrinos.
Abdelnaieem, que ha sido activista por los derechos civiles de las mujeres durante mucho tiempo, ha negociado conversaciones de paz en las comunidades tanto antes como durante la época del conflicto. Dice que una visita a Sudáfrica en 2010 le cambió la vida y la puso en contacto con activistas de derechos civiles que trabajaban a favor de la reconciliación en toda África. Tras años de luchar por una mayor representación política de las mujeres y la participación activa de las mujeres en las conversaciones de paz, el año 2013 marcó un hito: dos mujeres ingresaron oficialmente a las estructuras de administración tradicional como Omdas, o líderes comunitarias. Ella trabaja en estrecha colaboración con las Omdas para tratar de llevar paz y estabilidad a las comunidades de todo Darfur. La aprobación en 2000 de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas destacó la importancia de la participación de las mujeres en la consolidación de la paz y la prevención de conflictos, un hecho que Abdelnaieem dice que la sigue motivando a colocarse siempre en el centro de los conflictos, con la esperanza de la paz. En esta entrevista nos brinda un vistazo de su vida cotidiana en El Fasher, apoyando a las sobrevivientes de violencia de género a causa del conflicto, y trabajando con diversos grupos para crear una paz duradera.