domingo, 1 de marzo de 2020

Mata Amritanandamayi Devi, también conocida por sus seguidores como Madre (Amma), con el nombre de Sudhamani Idamannel, nace en el pequeño pueblo de Parayakadavu (hoy en día prácticamente conocido como Amritapuri), cerca de KollamKerala. Es reconocida mundialmente como la "Santa de los abrazos" pues lleva abrazadas a más de 35.000.000 de personas, y por su enorme obra caritativa, reverenciada por algunos como un Mahatma (Gran alma) o como una santa viva.



Incontables personas acuden a ella para recibir sus bendiciones, y la casa donde nació ha quedado transformada en un áshram, pues Amma aceptó a un grupo de jóvenes discípulos que empezaron a vivir según las reglas del sanyasa, propias de la vida tradicional de los monjes de la India.
Sus enseñanzas son una llamada para que las personas vuelvan su mirada hacia las nobles cualidades en la vida cotidiana. Ella afirma que el ser humano no puede progresar espiritualmente si no desarrolla un espíritu altruista.
De esta manera, ha creado numerosas obras caritativas en las que el objetivo constante es el desarrollo de la persona en todas sus dimensiones: escuelas, hospitales, campamentos médicos, viviendas, pensiones para mujeres sin recursos, orfelinatos y centros de enseñanza superior (informática, medicina, enfermería, ingeniería, etc.)
En 1987, Amma unió a sus frecuentes viajes por la India, sus anuales giras mundiales transmitiendo desinteresadamente un mensaje de amor, con gran simplicidad y sabiduría.
En 1993 fue designada como una de las tres representantes del hinduismo en el Parlamento de las Religiones del Mundo celebrado en Chicago. En 1995 fue invitada a hablar en las celebraciones ecuménicas que tuvieron lugar en Nueva York al conmemorarse el cincuenta aniversario de las Naciones Unidas. En agosto de 2000 fue invitada por el Secretario de la ONU a participar e intervenir en la Cumbre del Milenio por la Paz mundial. En octubre de 2002 la ONU le concedió el Premio Gandhi King a la no violencia y en julio de 2004 clausuró con un importante discurso el Parlamento Mundial de las Religiones, celebrado en el Forum de Barcelona.
En octubre del 2007, Amma fue galardonada en reconocimiento a sus obras humanitarias en el Festival de cine de los derechos humanos.

Angkhana Neelapaijit, galardonada con el prestigioso Premio Gwangju de Derechos Humanos

Angkhana Neelapaijit se había imaginado una vida muy diferente a la que tiene ahora. La repentina desaparición de su marido, Somchai Neelapaijit, un abogado defensor de los derechos humanos, cambió el curso de su vida y la llevó por un camino que nunca pensó que tendría que recorrer. De ama de casa con una licenciatura en derecho que cuidaba de su marido y sus cinco hijas e hijos, se convirtió en una valiente defensora de los derechos humanos, trabajando incesantemente para recuperar a su marido y ayudando a muchas otras personas que sufrían violaciones de sus derechos. 



Galardonada con el prestigioso Premio Gwangju de Derechos Humanos, que reconoce a aquellas personas que han contribuido a fomentar los derechos humanos, la democracia y la paz, Angkhana Neelapaijit ha recibido también el reconocimiento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Tailandia. 
Tras la desaparición de su marido en 2004, Angkhana Neelapaijit fue incluida en el programa del gobierno para la protección de testigos, y ha sido objeto de diversas amenazas de muerte por la representación, tanto la de ella como la de su marido, de casos legales controvertidos. A pesar del turbulento panorama político de Tailandia, nunca se ha echado atrás a la hora de defender casos de derechos humanos, como las presuntas violaciones de varias jóvenes por parte de soldados, matrimonios infantiles forzados y desapariciones de personas de diversas etnicidades y religiones durante los golpes de estado. 
Neelapaijit es presidenta de la Fundación Justicia por la Paz, y Amnistía Internacional la ha descrito como “una de las principales defensoras de los derechos humanos en el sur de Tailandia”. La historia de Neelapaijit fue plasmada en un conocido documental titulado “Injusto”, en 2011, película que obtuvo un Premio Especial del Jurado en el festival Movies that Matter de La Haya.

Florence Ndagire, primera abogada con discapacidad visual en Uganda

De joven, siempre estaba junto a su padre, comentando las noticias del día y otros asuntos de interés. Al final de la jornada, su padre le pedía que hiciera un resumen de las noticias, momento en el que ella aprovechaba para demostrar sus conocimientos, especialmente en un mundo en el que normalmente no se tenía en cuenta a las personas con discapacidad visual. Florence Ndagire se convirtió en la primera abogada con discapacidad visual de Uganda, un país que, a pesar de ser moderno en muchos aspectos, a menudo no tiene materiales educativos y planes de estudio para las personas con discapacidad visual. Aún así, Florence Ndagire superó muchos obstáculos y ahora es un modelo para muchas personas, incluidas aquellas con discapacidad. Actualmente forma parte de la Junta de Dirección de la Unión Nacional de Mujeres con Discapacidades de Uganda, y también es Presidenta del Grupo Asesor de la Sociedad Civil Regional para África oriental, que ofrece orientación a ONU Mujeres.



En una de las veladas en las que resumía las noticias a su padre, escuchó una entrevista con el antiguo Jefe de Justicia, Francis Ayume. Su discurso apasionado a favor de los derechos humanos le inspiró a convertirse en abogada. Decidió defender los derechos humanos para todas las personas, especialmente para aquellas con discapacidades. Esta decisión condicionó la vida de Ndagire y la enfrentó a dificultades como sufrir burlas por ser invidente. Su madre fue acusada de haber estado “maldita” y de condenar a la familia por haber traído a su hija a este mundo. El apoyo inquebrantable de su madre y su padre hizo que Ndagire resistiera durante aquellos duros años. La educaron con la misma ilusión que al resto de sus hijas e hijos, que no tenían ningún problema de visión.
Ndagire recibió una beca estatal para estudiar derecho. La única alumna de derecho con discapacidad visual de un conjunto de 450 estudiantes, se frustró con la falta de materiales de la universidad y no podía permitirse comprarse equipo caro. Esta sensación de urgencia desencadenó su larga travesía para convertirse en la defensora de los derechos humanos que quería ser.
Finalmente, un grupo misionero le dio un ordenador portátil que podía leer en voz alta materiales escritos, lo que ayudó a Ndagire a salvar la distancia en el aprendizaje respecto a sus compañeras y compañeros. Pese a que su educación en la facultad de derecho estaba financiada por un sacerdote local, también trabajaba ofreciendo servicios de limpieza a la parroquia mientras esperaba el momento en el que se pudiese graduar e iniciar su trayectoria hacia la justicia y la igualdad para todas y todos en 2008. 
Es un modelo a seguir para muchas personas, incluso fuera de su ámbito legal. Ndagire escaló el monte Kilimanjaro en 2010 para recaudar fondos para niñas y niños con discapacidades a través de una fundación benéfica local, consiguiendo alcanzar los 3.850 metros, 850 metros por encima del límite en el que muchas personas tienen que parar al sentir mareos por el mal de altura. 
Desmontando prejuicios sobre las personas con discapacidad visual, Florence Ndagire sigue abriendo camino, como por ejemplo, tratando de mejorara los derechos de las personas con discapacidades.

Abia Akram, primera mujer de Pakistán en ser coordinadora del Foro de jóvenes con discapacidad de la Commonwealth

A menudo la llaman la gran esperanza de las personas con discapacidad. Abia Akram, de 30 años, es una mujer formada y orgullosa de las dos maestrías que posee. Ella encarna la causa que defiende: que la educación sea un catalizador en un mundo donde las personas con discapacidad no siempre son tomadas en serio. Como primera mujer con discapacidad de Pakistán en obtener la muy preciada beca Chevening del Gobierno del Reino Unido, Akram continúa presionando por un cambio que altere las obsoletas nociones de discapacidad. Es la primera mujer de Pakistán, y la primera mujer con discapacidad, en ser designada coordinadora del Foro de Jóvenes con Discapacidad del Commonwealth. Preside también el Consejo de Jóvenes del UNICEF, y a lista de distinciones se suma la copresidencia de la Unión de Mujeres con Discapacidad de Asia Pacífico, a la vez que destina buena parte de su tiempo a la educación y capacitación de mujeres con discapacidad a fin de que mejoren la confianza en sí mismas y conduzcan a otras hacia el futuro.



¿Cómo logró todo esto a tan corta edad? Akram sostiene que la educación y el apoyo de sus padres desde pequeña le infundieron confianza para salir al mundo y lograr más de lo que cualquiera creía posible. Consciente de su entorno desde muy pequeña, sabía que a muchas niñas en Pakistán no se les permitía asistir a la escuela porque era muy costoso. Numerosas familias pobres optaban en cambio por enviar a los niños a la escuela por su potencial para obtener un ingreso. Para una persona con discapacidad, especialmente para una niña con discapacidad, la idea de ir a la escuela distaba mucho de lo acostumbrado.
A contracorriente, los padres de Akram la valoraban tanto como a sus otros y la enviaron a la escuela al tiempo que la alentaron para que tomara sus propias decisiones. A los siete años pidió a sus padres ir a vivir con un tío para poder asistir a una escuela que le permitiría adquirir una formación convencional y que además era más accesible en su silla de ruedas. Su esfuerzo rindió frutos: se graduó con los máximos honores y siguió adelante para conseguir dos maestrías.
Akram decidió seguir el camino del activismo con vehemencia, teniendo siempre en mente la necesidad urgente de promover la capacitación y el liderazgo de las mujeres y niñas con discapacidad. Con el apoyo moral de su familia, creó el Foro Nacional de Mujeres con Discapacidad de Pakistán, para formar a las mujeres con discapacidad pare exigir sus derechos. En un país donde, afirma, la mayoría de las personas piensa que una discapacidad es una maldición de Dios o de una fuerza mítica omnipotente, establecer un espacio para las mujeres con discapacidad en la esfera pública es un camino que otras personas han temido recorrer.

viernes, 21 de febrero de 2020

Georgina Beyer, activista maorí y primera mujer transexual alcaldesa y parlamentaria en Nueva Zelanda

Una auténtica fuerza de la naturaleza: así es como se le conoce popularmente. Desafiando a las críticas y plantando cara a la discriminación y los estereotipos, Georgina Beyer abrió un camino nuevo cuando se convirtió en la primera alcaldesa transexual reconocida en 1995, así como en la primera parlamentaria transexual en 2000. Defensora de los derechos humanos con un dilatado historial, su legado incluye una extensa y destacada lista de reformas legislativas. Paso a paso, trabajó con diversos colectivos marginados y vulnerables, empezando por grupos indígenas que contribuyeron a elaborar uno de los primeros proyectos de ley sobre gestión equitativa de los recursos naturales. A continuación, desempeñó un papel crucial en la aprobación de la reforma de la Ley de la prostitución en 2003, garantizando la protección para los menores y la prestación de servicios de salud para todos los trabajadores sexuales. Otro de sus logros, algo que nadie había hecho hasta entonces, fue conseguir que los legisladores firmaran y promulgaran una declaración en la que se explicitaba la protección de la identidad de género en el proyecto de ley de derechos humanos de Nueva Zelanda, así como la promoción del proyecto de ley sobre uniones civiles, que fue aprobado al final de su mandato como parlamentaria, en 2007.


Nacida en el seno de una familia maorí, una tribu indígena de Nueva Zelandia, pasó la mayor parte de su juventud trabajando para forjarse una reputación. Abandonó la escuela a los 16 años, en contra de los deseos de su madre, para trabajar como actor, presentador y trabajador sexual. Llegó incluso a ganar el prestigioso premio G.O.F.T.A. (uno de los galardones más célebres que se conceden a los actores de cine y televisión) por su papel en un popular programa de televisión. Pero ella sabía que esto era solo el principio de un largo viaje y siguió trabajando con gran empeño para cambiar las leyes y las mentalidades.
Impulsada por el deseo de mejorar la vida de los niños rurales que, como ella, crecían en un entorno de exclusión, se trasladó a Carterton, una zona agrícola de la región de Wairarapa, donde trabajó como locutora de radio. Su activismo la llevó a ser elegida alcaldesa en dos ocasiones. En lo personal, se sometió a una operación de cambio de sexo en un momento en que nadie aprobaba ese tipo de iniciativas.
Con el propósito de documentar su vida como personalidad política y actriz de éxito, escribió su autobiografía, titulada A Change for the Better (Un cambio para mejor) y publicada en 1999. En ella nos narra cómo fue capaz de cambiar las percepciones, hacer frente a los estereotipos y llegar a lo más alto cuando la mayoría de la gente le decía que le iba a resultar imposible.

Marcelina Bautista Bautista, activista mexicana que visibiliza a las trabajadoras domésticas

Cuando Marcelina Bautista Bautista dejó su comunidad indígena mixteca en Nochtixtlán, Oaxaca a los 14 años de edad, con tan solo la escuela primaria terminada y sin hablar español (su lengua materna es el mixteco) no se imaginó que terminaría contribuyendo a la elaboración de la norma internacional para trabajadoras y trabajadores del hogar.


Motivada por su experiencia y la de muchas mujeres, Marcelina ha hecho visible lo invisible sobre las condiciones de millones de trabajadoras domésticas que no cuentan con contrato, horarios, prestaciones o seguridad social.
Ha creado un programa único que combina la educación para las y los trabajadores domésticos, sus empleadores y organizaciones de la sociedad civil y en su Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar A. C. (CACEH), fundado en el 2000, imparte información patronal, valorización económica y social de la labor doméstica y derechos sexuales y reproductivos.
Galardonada en México con un Premio Nacional de Derechos Humanos, también es reconocida a nivel regional por su lucha como Coordinadora para América Latina de la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar.
Aquí la vemos contando de viva voz la situación invisible que viven estas personas y su propia experiencia.



Dra. Krisana Kraisintu, impulsora y creadora de medicamentos genéricos contra el VIH/SIDA en países pobres

En Asia y África, donde ella trabaja, las amenazas de muerte son frecuentes, así como los ambientes peligrosos. Hay algunas victorias, muchas derrotas, vidas salvadas y algunas perdidas. Pero la Dra. Krisana Kraisintu de Tailandia, la “farmacéutica gitana” como se la conoce popularmente, sigue adelante sin descanso. Su misión es ofrecer atención de salud asequible para todo el mundo, pues considera que es un derecho humano fundamental. “Mi vida está dedicada a promover la producción farmacéutica local a través de la formulación y elaboración de medicamentos genéricos de precio módico para tratar el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades, y así mejorar la salud de las personas”, dice la doctora. 

En su amplia carrera científica como farmacéutica ha trabajado para ayudar a los enfermos —especialmente a las personas con VIH y SIDA— en Asia y África, donde el acceso a la medicina a menudo es difícil. Ganadora del prestigioso premio Ramon Magsaysay en la categoría Servicio Público, la doctora logró que se produjera en 1992 la primera versión genérica del medicamento AZT (azidotimidina), para tratar la infección avanzada por VIH. El medicamento se completó en 1995, mientras ella era la Directora de Investigación y Desarrollo de la Organización Farmacéutica Nacional (GPO, en inglés), donde también fue la primera mujer que ocupó un alto cargo ejecutivo. Pero su lucha también supuso enfrentarse a la cúpula de poder del sector farmacéutico.
Ella y su equipo posteriormente recibieron el reconocimiento mundial cuando crearon la primera combinación genérica de medicamentos contra el VIH, conocida como GPO-VIR. Esta reduce considerablemente los costos del tratamiento y fue aprobada por la OMS como el primer régimen de tratamiento para pacientes con VIH/SIDA en los países pobres. Tailandia pasó a la historia con el medicamento al volverse el primer país que fabricó medicamentos genéricos contra el VIH/SIDA y los exportó a los países vecinos. 
Sus acciones han salvado decenas de miles de vidas, probablemente más. La popularidad de la doctora es tan grande que su fama ha trascendido de las universidades donde todavía enseña y las comunidades donde trabaja, y ha llegado a los escenarios de Broadway, donde su historia inspiró la obra Cocktail

17-M DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA HOMOFOBIA, BIFOBIA Y TRANSFOBIA

Para conmemorar esta efeméride tan importante proponemos desde Igualdad las siguientes actividades: A NIVEL DE AULA Vamos a poner la bandera...